Con el paso de los días, las ventanas de la casa o la oficina van acumulando polvo, suciedad producida por la polución y la lluvia, huellas y un gran número de manchas. Limpiarlas es una labor que puede llegar a ser ingrata, porque en muchas ocasiones queda algún resto o un rayado que oscurece todo el trabajo realizado. Afortunadamente, hay muchos remedios, algunos caseros y otros no tanto, para solucionar esto y poder disfrutar de unos cristales totalmente impolutos.
Ventanas limpias y transparentes en 5 sencillos pasos:
En primer lugar, lo que hay que hacer para tener las ventanas limpias y transparentes es limpiar el marco de la propia ventana porque, si se hace después, soltaría suciedad hacia el vidrio sobre el que se acabaría de trabajar, convirtiendo en innecesario todo el trabajo realizado. Para esta fase, basta con aplicar un paño húmedo escurrido si el marco es de madera, o con una mezcla de agua y jabón si es de aluminio.
A la hora de ponerse a fondo con los cristales, uno de los trucos más utilizados es mezclar agua con un poco de vinagre, creando un preparado que desengrasa el vidrio y además le da brillo, por lo que es muy recomendable para borrar las típicas huellas de las manos. Y, para que quede aún más resplandeciente, se puede combinar el vinagre blanco con amoníaco y agua, consiguiendo rápidamente un gran efecto.
Una vez hecho esto, para proceder al secado, lo recomendable es utilizar paños que no suelten pelusas, porque esto volvería a ensuciar los cristales. Lo ideal es utilizar alguna bayeta de microfibra, porque este material proporciona una mayor limpieza y brillo en cualquier superficie de vidrio sin dejar ningún tipo de resto. Además, se debe tener siempre en cuenta que no conviene limpiar las ventanas mientras les esté dando directamente la luz solar en un día caluroso, ya que esto hará que el producto aplicado sobre el vidrio se seque antes de que se haga manualmente, provocando que aún queden marcas y no se quede totalmente transparente.
Además de lo comentado anteriormente, existen diversos productos para facilitar todo este proceso y conseguir unas ventanas limpias y transparentes con menos esfuerzo. Uno de ellos es el limpiacristales de acero inoxidable de Clim Profesional, que tiene un agarre ergonómico y se puede sujetar a un mango extensible para llegar a las partes más altas fácilmente y sin necesidad de escalera.
También, se le puede añadir un mojador de microfibra, adaptable y de sujeción con velcro, que sirve para humedecer la superficie del vidrio. Una vez hecho esto, solo hay que retirarlo y secar con la propia goma del utensilio. Precisamente, esta goma es la parte más importante del limpiacristales, ya que es la que está en contacto directo con la superficie y, por lo tanto, determina en gran medida el nivel de limpieza y brillo que se consigue. Por este motivo, es conveniente cambiarla cada tres meses de uso intenso o si se aprecia algún defecto. Más información, pinchando aquí.
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