El estropajo es una planta perteneciente a la familia de las Cucurbitáceas (Luffa cylindrica), cuyo fruto previa deshidratación, se usa como cepillo de fricción dadas sus cualidades abrasivas. Esta planta se utilizó hace cuatro mil años en Egipto utilizando una porción mojada con la que se restregaban suelos y paredes de los templos, palacios y otros edificios para limpieza. Los fenicios comercializaron en Oriente el esparto, que conseguían en las regiones del sur de España hace cuatro mil años.
En la historia moderna, el californiano Edwin W. Cox, un vendedor de baterías de cocina, harto de que sus visitas comerciales no fueran fructíferas, decidió regalar algo a cambio de hacer demostraciones de sus cacerolas. Y qué mejor que un producto de limpieza para sus cacerolas en las que siempre se pegaba la comida. Cox elaboró pequeños estropajos de viruta de acero que impregnaba con jabón. Lo que en un principio era un cebo para que las amas de casa compraran cacharros de cocina, pasó a ser cada vez más demandado por las amas de casa, tanto fue así que Cox dejó de vender cacerolas y se dedicó exclusivamente a la fabricación de estropajos de acero. De éste modo, se puede decir que en 1917 nació el estropajo moderno de la mano de Edwin W. Cox.
Actualmente los estropajos son un producto de limpieza indispensable tanto en el ámbito profesional como en el hogar, existiendo numerosas variantes, como la fibra blanca, más delicada y adecuada para baños o aseos, la abrasiva fibra negra, estropajos con esponja, salva uñas, de acero inoxidable, etc. Incluso el original impregnado en jabón desengrasante ideado por Cox, puede encontrarse en la actualidad.
